1 Juan 4:6-7 “Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error. Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”.
Santiago 2:8 “Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores”.
La verdadera libertad se encuentra en el cumplimiento de esta LEY.
Santiago 2:12 “Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad”.
Santiago 1:25 “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”.
Gálatas 5:14 “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
El amor no es un recurso humano si no que ha de ser derramado por el Espíritu Santo en nuestros corazones, a través del cual podemos conocer a Dios y nos capacita para amar al prójimo y nuestros ENEMIGOS.
Romanos 5:5 “y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.
Mateos 5:38-48
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Se puede hablar y predicar mucho acerca de Dios pero su corazón estar lejos de El, predicando como doctrinas mandamientos de hombres. Pero a través del amor que el Espíritu Santo nos derrama podemos conocer quién es el verdadero Dios, y hacer verdaderamente su voluntad. Se pueden predicar a Dios desde varias perspectivas o con varias motivaciones. Pero si no se muere a Yo y si no se ama con el amor de Cristo, nunca se conocerá al verdadero Dios. Las sugestiones y vanas repeticiones no llevan a Dios sino a una falsa espiritualidad, el amor es la verdardera prueba de un nacido de nuevo.