lunes, 29 de abril de 2013

PEDRO-MATEO 16



Mateo 16:16 "Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente."
Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 

Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo. 

Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. 

Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 

Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres."


 En este fragmento del evangelio de Mateo (versículo 16), se refleja como Pedro recibe la revelación por parte de Dios, de que Jesús es el Cristo. Esa declaración no venia de su propio razonamiento ni entendimiento, no procedía de su yo natural si no de lo Alto.  Más adelante en el mismo capítulo en el (versículo 22), Pedro reconviene a Jesús para que no padeciera el sufrimiento que anunció que le acontecería, y ni fuese crucificado. Jesús ve a Satanás como tentador y contrario a la Cruz y al Plan de Dios. En el mismo capítulo se puede ver la diferencia entre lo que  viene como revelación de Dios, y  lo que viene del propio hombre y de su naturaleza caída que es contraria al plan de Dios.

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