LA GRANDEZA QUE VIENE DE DIOS.

El hombre natural tiene en el fondo de su ser una violenta inclinación a ser grande, y sentir una gran oposición a aquello que puede apocarle.
Este deseo de ser grandes no es malo, si se dirige a alcanzar la verdadera grandeza.
Dios es el verdaderamente grande y nosotros no lo somos si no nos unimos a Él, con una unión de gracia que nos da el ser en Jesucristo, para hacer un solo hombre con El.
Esta unión con Cristo no puede hacerse sin renunciar a uno mismo y a todo lo que es del mundo.Nada somo sin Cristo, los hombres se apoyan sobre su autoridad, sobre su poder, sobre cierta dignidades que poseen ,sobre la ventajas de la naturaleza, o sobre bienes de fortuna, y considerándose abundantes en estas cosas, se imaginan tener alguna grandeza.
Pero todo esto sin Cristo nada es delante de Dios, que conoce y juzga todas las cosas según la verdad.
Gálatas 6:3
" Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña"
Todas las grandezas humanas se desvanecerá como un sueño al despertarse, y Dios las reducirá a nada.
La grandeza que tiene el Cristiano con Jesucristo no pasa con el tiempo, ella aumenta cuando entra en la eterna bienaventuranza, sinembargo aquel que vive y muere sin Cristo se reduce a un anonadamiento eterno.
Un hombre sin Cristo es:
1)lo mismo que un miembro separado de la cabeza sin vida , ni movimiento, sin acción,que se pudrirá y corromperá.
2)Lo que una piedra arrancada del edificio, que al caer se hace pedazos y nadie lo aprecia.