miércoles, 4 de marzo de 2009

LOS DESÓRDENES DEL PECADO


Cristo vino no sólo para ser víctima sino también para ser un segundo Adán que reparase los desórdenes que el pecado había causado en los hombres y en todo el universo. Romanos 5 : 18-"Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos".Si miramos al universo y al hombre como un grande y hermoso edificio destruido y en ruinas, en el que podemos ver aun algunas reliquias que nos dan a conocer cual seria su belleza si no estuviera arruinado. Todo esta desordenado y confuso en el hombre, Jesucristo ha venido a ser el reparador, y para ello es importante saber cuales son los desórdenes que el pecado causó en el hombre. En el estado de la inocencia, estaba el hombre sin ignorancia en su entendimiento, sin flaqueza, y sin concupiscencia en su voluntad, y su cuerpo no estaba sujeto a enfermedades ni a la muerte. Pero el pecado lo ha corrompido y trastornado todo. El entendimiento del hombre está lleno de ignorancia, de tinieblas y de error. Su voluntad ha venido a ser débil e impotente por sí misma para hacer el bien, y su libertad, en otro tiempo fuerte y vigorosa, se halla cautiva, bajo concupiscencia. En el estado de inocencia el hombre se elevaba y se encaminaba hacia su creador, la razón conocía sus obligaciones y el corazón las observaba sin resistencia.
El hombre tiene por lo tanto, una gran necesidad de una gracia medicinal que lo cure de sus enfermedades. Cristo repara los desórdenes del entendimiento, sacándolo de la ignorancia y del error, iluminándolo con el don de la fe, que le hace conocer sus obligaciones para con Dios y para con el prójimo, que le descubre sus miserias y sus flaquezas y los remedios para todos sus males.
Juan 8 :12" Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".




2 comentarios:

José Luis Flores dijo...

Y es sorprendente ¿No es cierto? Solo se trata de mirar a la cruz.Y esperar la redención completa de sus hijos y de la creación entera...

¡Ah! Día codiciable, cuando veremos la belleza que el pecado distorcionó, la relación perfecta que ningún pecador conoce en vida.

Muy buen blog amiga.

Dios te bendiga.

Sana Doctrina dijo...

Así es amigo, nosotros no podemos hacer nada para reparar los desórdenes del pecado por mucho que nos esforcemos, una vida nueva después de la Cruz es donde debe estar nuestra esperanza, gracias, pos pasarte por aquí, Bendiciones.