martes, 11 de mayo de 2010

EL PODER DE LA CRUZ



"Cristo no podría haber alcanzado la vida celestial, ni habría derramado el Espíritu Santo, si primeramente no hubiera muerto al pecado, al mundo y a su vida misma. Él murió al pecado para poder vivir para Dios.
Y de esa manera, el Espíritu Santo nos trae la Cruz a nuestros corazones.
Únicamente crucificados con Cristo es que podemos recibir todo el poder del Espíritu".

No hay comentarios: