viernes, 4 de junio de 2010

SALMO 35


Salmos Capitulo 35

Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden;
Pelea contra los que me combaten.
Echa mano al escudo y al pavés,
Y levántate en mi ayuda.
Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores;
Di a mi alma: Yo soy tu salvación.
Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida;
Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan.
Sean como el tamo delante del viento,
Y el ángel de Jehová los acose.
Sea su camino tenebroso y resbaladizo,
Y el ángel de Jehová los persiga.
Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;
Sin causa cavaron hoyo para mi alma.
Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa,
Y la red que él escondió lo prenda;
Con quebrantamiento caiga en ella.
Entonces mi alma se alegrará en Jehová;
Se regocijará en su salvación.
Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú,
Que libras al afligido del más fuerte que él,
Y al pobre y menesteroso del que le despoja?
Se levantan testigos malvados;
De lo que no sé me preguntan;
Me devuelven mal por bien,
Para afligir a mi alma.
Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio;
Afligí con ayuno mi alma,
Y mi oración se volvía a mi seno.
Como por mi compañero, como por mi hermano andaba;
Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron;
Se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía;
Me despedazaban sin descanso;
Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes,
Crujieron contra mí sus dientes.
Señor, ¿hasta cuándo verás esto?
Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones.
Te confesaré en grande congregación;
Te alabaré entre numeroso pueblo.
No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos,
Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.
Porque no hablan paz;
Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.
Ensancharon contra mí su boca;
Dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!
Tú lo has visto, oh Jehová; no calles;
Señor, no te alejes de mí.
Muévete y despierta para hacerme justicia,
Dios mío y Señor mío, para defender mi causa.
Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío,
Y no se alegren de mí.
No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra!
No digan: ¡Le hemos devorado!
Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran;
Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.
Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa,
Y digan siempre: Sea exaltado Jehová,
Que ama la paz de su siervo.
Y mi lengua hablará de tu justicia
Y de tu alabanza todo el día.

2 comentarios:

yhnn dijo...

Oídme los que conocéis justicia,pueblo en cuyo corazón está mi ley,No temáis afrenta de hombre,ni desmayéis por sus ultrajes.Is.51.7
He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿Quién hay que me condene?.He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir,serán comidos por la polilla.Is.50.9
Un abrzo lydia.

Sana Doctrina dijo...

que bueno!!! mucha sgracias yohana:), un abrazo fuerte