sábado, 27 de diciembre de 2008

SACRIFICIO CONTINUO.


La condición de nuestro sacrificio a de ser continua, toda nuestra vida debe ser un continuo sacrificio que debe finalizar con la muerte, a la que caminamos cada instante, por eso el apóstol Pablo decía que llevemos siempre sobre nuestro cuerpo la muerte de Jesucristo. De este modo anunciamos su muerte hasta que El venga, muriendo todos los días de nuestra vida al pecado, al mundo, y a nosotros mismos, y crucificando continuamente nuestro viejo hombre. En la antigua ley se tenía siempre una víctima sobre el altar para que jamás cesare el sacrificio; a cuyo fin se ofrecía uno por la mañana, que debía permanecer hasta la tarde y otro en esta hora, que debía durar hasta la mañana del día siguiente. De este modo, nosotros debemos estar siempre delante de Dios en la disposición de ofrecernos a El mañana y tarde.
Son muchas las maneras en que se puede romper este sacrificio:
1)querer que no dure tanto tiempo.
2)de tener siempre la víctima sujeta.
3)siguiendo los atractivos de las pasiones. Vemos que todo el mundo corre al altar de los ídolos: nos apartamos del altar de Cristo: llevamos la víctima al medio del mundo y la ofrecemos a la vanidad, a la ambición y a la avaricia.
4)Lo que impide que se consuma el Sacrificio es que se apague el fuego; apagando el fuego del Espíritu Santo.
1Tesalonicenses 5: 19 "no apagueis al Espíritu, dice el Apóstol."
Es necesario, dar continuamente materia a este fuego divino para que no se apague nuestro sacrificio debe consumarse en la muerte"





1 comentario:

yhnn dijo...

Querida Lydia,está muy bien dicho y no se puede añadir más nada.Sólo gratitud por nuestra parte y estar sumisos a Dios por el poder del Espíritu Santo que nos guía a toda la verdad.Jn.16.13.
Que Dios nos dé a cada uno según nuestra necesidad.Amén.Un abrazo.Tambien a tus papis.yhnn.