Salmo 34:19 “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová”.
Todo lo que le sucede al cristiano tiene un por qué, nada es fortuito. Para aquel que escoge el camino de la vida muchos serán los tropiezos, y los obstáculos se interpondrán entre ellos y la meta a alcanzar constantemente y no pararán de aumentar.
Salmo 36:9
“porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz “
Por mucho que sean las barreras la victoria en Dios es nuestra meta, de gloria en gloria nos lleva el Señor a medida que dejamos actuar en nosotros al Espíritu Santo y de sabiduría nos alimenta, su vida es nuestra coraza de justicia, y el triunfo en Dios nuestra esperanza.
Salmo 37: 17
“…mas el que sostiene al justo es Jehová”
Sin embargo no hay ningún obstáculo para aquellos que escogen el camino de la perdición, ya que escogieron el camino de las masas que va a favor de la corriente que los adentra en un mar de confusión de difícil retorno, y los sumerge hacia las pronfundidades de un océano donde la luz se va tornando cada vez más tenue. El fracaso es inevitable para aquellos que ponen su esperanza en el mundo, puesto que no habrá un instante de descanso para los que buscan la paz fuera del reposo divino.
La sabiduría que viene de lo alto, la dignidad, y el amor son cualidades de las que el mundo nos quiere despojar utilizando nuestra percepción a través de los sentidos que son las ventanas que comunican lo mundano de nuestro corazón con la concupiscencia de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida. Cuantas son las cadenas que nos unen tan firmemente a la inmundicia, cuantos los engaños, cuantas las mentiras, cuantas las dudas, cuan grande es el pozo de confusión, que ofrece aguas de corrupción y que no sacian la sed sino que los hacen esclavos del pecado, que aprisionan y cargan el espíritu, cuanta la inmundicia del corazón, cuan fuerte y poderosa ha de ser el arma que pueda sacar al hombre de las profundidades a las que va descendiendo por caminos que ofrecen una oscuridad inmensa, y cuan pesado será el yugo, tan difícil de quitar. Tan sólo Dios podrá librar al hombre de la prisión en la que se encuentra creyéndose que es libre, puesto que sólo alcanzará la libertad aquél que se ocupa del Espíritu de verdad.
Salmo 36:1-6
"La iniquidad del impío me dice al corazón: no hay temor de Dios delante de sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos de que su iniquidad no será hallada y aborrecida.
Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien.
Medita maldad sobre su cama; está en camino no bueno, el mal no aborrece.
Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. Tu justicia es como los montes de Dios, tu juicio, abismo grande".
Todo lo que le sucede al cristiano tiene un por qué, nada es fortuito. Para aquel que escoge el camino de la vida muchos serán los tropiezos, y los obstáculos se interpondrán entre ellos y la meta a alcanzar constantemente y no pararán de aumentar.
Salmo 36:9
“porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz “
Por mucho que sean las barreras la victoria en Dios es nuestra meta, de gloria en gloria nos lleva el Señor a medida que dejamos actuar en nosotros al Espíritu Santo y de sabiduría nos alimenta, su vida es nuestra coraza de justicia, y el triunfo en Dios nuestra esperanza.
Salmo 37: 17
“…mas el que sostiene al justo es Jehová”
Sin embargo no hay ningún obstáculo para aquellos que escogen el camino de la perdición, ya que escogieron el camino de las masas que va a favor de la corriente que los adentra en un mar de confusión de difícil retorno, y los sumerge hacia las pronfundidades de un océano donde la luz se va tornando cada vez más tenue. El fracaso es inevitable para aquellos que ponen su esperanza en el mundo, puesto que no habrá un instante de descanso para los que buscan la paz fuera del reposo divino.
La sabiduría que viene de lo alto, la dignidad, y el amor son cualidades de las que el mundo nos quiere despojar utilizando nuestra percepción a través de los sentidos que son las ventanas que comunican lo mundano de nuestro corazón con la concupiscencia de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida. Cuantas son las cadenas que nos unen tan firmemente a la inmundicia, cuantos los engaños, cuantas las mentiras, cuantas las dudas, cuan grande es el pozo de confusión, que ofrece aguas de corrupción y que no sacian la sed sino que los hacen esclavos del pecado, que aprisionan y cargan el espíritu, cuanta la inmundicia del corazón, cuan fuerte y poderosa ha de ser el arma que pueda sacar al hombre de las profundidades a las que va descendiendo por caminos que ofrecen una oscuridad inmensa, y cuan pesado será el yugo, tan difícil de quitar. Tan sólo Dios podrá librar al hombre de la prisión en la que se encuentra creyéndose que es libre, puesto que sólo alcanzará la libertad aquél que se ocupa del Espíritu de verdad.
Salmo 36:1-6
"La iniquidad del impío me dice al corazón: no hay temor de Dios delante de sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos de que su iniquidad no será hallada y aborrecida.
Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien.
Medita maldad sobre su cama; está en camino no bueno, el mal no aborrece.
Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. Tu justicia es como los montes de Dios, tu juicio, abismo grande".
2 comentarios:
Saludos hermana, muy buena su reflexión, debemnos estar muy atentos para evitar caer en el error y seguir un camino que no es el verdadero, en este caso Jesús es el unico camino, pero muchos usurpan su identidad para engañar a los escogidos.
Estamos en el mismo Espíritu escogimos el mismo tema para nuestros artículos casi al mismo tiempo.
Saludos , adelante y muchas Bendiciones de Nuestro Padre Celestial.
Saludos hermano, la verdad esque me alegra muchisimo ver como Dios utiliza cualquier medio para acercar a los suyos y compartir sus enseñanzaS,y este es un claro ejemplo de ello.
Estamos en contacto, Bendiciones. Un saludo.
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